Monday, September 26, 2005

EDUCOMUNICACION AUDIOVISUAL para un mundo que ya no es el mismo

RESUMEN
Los avances de la ciencia y la tecnología nos han ubicado en una nueva etapa del desarrollo humano, siendo las tecnologías de información y comunicación su más notoria expresión, dentro de ellas encontramos un consistente conjunto de medios cuyo denominador común es el lenguaje audiovisual (televisión, cine, video, videojuegos e internet). El nuevo lenguaje goza de ventajas derivadas de su naturaleza representacional y de la configuración lúdico-afectiva que genera en el destinatario, por lo que su fuerza simbólica en el mundo actual nos ha conducido al debilitamiento o despotenciamiento del ser.
Este contexto nos lleva hacia la aparición de un nuevo campo que encierra urgentes propuestas y cuatro áreas acordes con la situación: la Educomunicación Audiovisual. Su aplicación requiere de convencimientos y compromisos previos dentro de autoridades, el profesorado y la sociedad.

PALABRAS CLAVE: Educomunicación audiovisual. Lenguaje audiovisual. Medios de comunicación. Configuración lúdico-afectiva. Debilitamiento del ser. Compromiso político. Propuestas y estrategias

INTRODUCION

El presente artículo pretende renovar la insistencia en la valoración socio-educativa y cultural de las formas audiovisuales como el video, la televisión, el cine, la fotografía, la radio y los videojuegos. Arsenal de medios que son parte de la vida cotidiana de la sociedad y algunos de ellos son poderosos agentes de socialización que han desplazado a la escuela y la familia.

Y es que las nuevas generaciones se han apropiado completamente de estos soportes y se hallan sumergidos en sus encantos y en sus riesgos. Se trata de emplear los medios que consumen con fruición y convertirlos en herramientas de orientación educativa.

La telenovela de la noche, la película en estreno, el video alquilado para el fin de semana, las fotos de los periódicos, el videojuego de moda, los videoclips más alucinantes, el programa radial que distrae y el universo multimediático de internet son intensos espacios simbólicos que captan la atención e interés de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Los maestros de los diversos niveles educativos tenemos el deber de ingresar y sumergirnos también en el mundo de las imágenes acústicas e icónicas y transitar más allá de los códigos convencionales que nos ofrece la palabra oral y escrita. No sólo se trata de emplear estos materiales como productos realizados por terceros, es imperativo el compromiso de la alfabetización audiovisual, dominar los códigos de realización audiovisual para producir materiales e impulsar la gestión de la comunicación audiovisual.

CONVENCIMIENTOS PREVIOS

Es cierto que se trata de un asunto generacional. Recordemos que durante el boom de la televisión (ahora asistimos al boom de Internet) no faltaron investigadores, intelectuales y escritores que infamaron a la imagen audiovisual considerándola manipulatoria, carente de contenido o superficial; incluso alienante porque la mayor parte de la producción audiovisual provenía de los países industrializados y porque el vínculo comercial con el capitalismo, vía publicidad, siempre resultó sospechoso e impuro.

Sin embargo, hoy en día estamos plenamente convencidos, por ejemplo, que un documental del Discovery Channel es mucho más eficaz que una exposición tradicional, y que una película animada infantil puede ser el mejor aliado del maestro cuando quiera incidir en valores humanos. Pero, existen algunas limitaciones de tipo formativo, institucional, logístico o económico que impiden el uso de estos materiales. Para acometer estos obstáculos se requiere de una elevada dosis de creatividad, vocación y pensamiento estratégico en los docentes y directivos del sector educación. Y sobre todo, el pleno convencimiento de algunas evidencias que han trastocado nuestros modos de pensar, sentir y actuar.

En primer lugar, debemos rendirnos ante una evidencia histórica. Los lenguajes oral, escrito e impreso ocupan un lugar destacado en la historia del lenguaje humano; pero la consolidación de los nuevos lenguajes de la comunicación es un hecho irreversible y que se explica porque cada estadio de la humanidad ha correspondido a un cambio radical en la tecnología de las comunicaciones (Ver Cuadro Nro. 1). Mc Luhan denominó al estadio de imperio de la letra impresa como Galaxia Gutemberg y dejó una afirmación contundente y preocupante sobre los cambios de época: “Toda tecnología inventada y exteriorizada por el hombre tiene el poder de entumecer la conciencia humana durante el periodo de su primera interiorización”[1]. Es decir, los primeros años de la aplicación de una tecnología sobrecogen al ser humano por la complejidad de su interiorización o adopción. Si sucedió con la imprenta, sucede con las modernas TICs y sucederá con las futuras incursiones del hombre en los misterios que oculta el futuro.

Cuadro Nro. 1: Estadio de la humanidad y medio de comunicación

Tipo de sociedad
Primitiva

Agrícola
Industrial

De la información

Medio de comunicación
Oralidad

Escritura
Imprenta
Audiovisual

Tipo de hombre
Hombre oral

Hombre escriba
Hombre tipográfico
Hombre audiovisual

Configuración
Oralósfera
Logósfera
Grafósfera
Videósfera

En segundo lugar, el nuevo lenguaje se caracteriza por ubicarse en una dimensión diferente a los lenguajes anteriores. Los diversos códigos audiovisuales, potenciados por la impronta tecnológica derivada de la sociedad industrial, han permitido el despliegue de nuevas y fascinantes funciones en el cerebro humano. El lenguaje audiovisual es fundamentalmente lúdico-afectivo[2] y se complementa con el lenguaje analítico-conceptual de la escritura. No se trata de dos lenguajes opuestos, sino de dos experiencias distintas y complementarias. El aspecto valioso de la dimensión lúdico-afectiva es que con el empleo del lenguaje audiovisual, el maestro tiene la oportunidad de llevar al aula el vector lúdico de la vida humana y sus variadas aristas de goce, humor y juego. Por su parte, con el vector afectivo, el maestro puede ingresar a trabajar con los sentimientos, los valores, las creencias y los sueños,

TERRENOS INTREGRADOS

La impronta tecnológica ha resquebrajado las paredes compartamentalizadas de diversas disciplinas. Vale decir, algunas ciencias y sus respectivas aplicaciones ya no son las mismas. Desde las ciencias sociales hasta las ciencias naturales se percibe un intenso tráfico de nuevos sujetos y nuevas autoridades. Los campos profesionales vienen sufriendo intensos cambios e interdependencias. Algunas profesiones han cedido posiciones y otras se han encumbrado gracias a su fusión con la tecnología de la época.

Bill Gates el “Edison del s. XXI” lo ha graficado de modo contundente: “Está ocurriendo algo histórico y que afectará al mundo como si fuera un terremoto, zarandeándonos como nos zarandearon el descubrimiento del método científico, la invención de la imprenta o la llegada de la era industrial (…) surgirán nuevas clases de trabajo la mayor parte de ellos cubrirán necesidades sentidas en los campos educativo, de los servicios sociales y del ocio (…) tenemos que prepararnos para el cambio ”[3]

¿Quién o quiénes ocasionan ese devastador sismo que afecta las placas tectónicas del conocimiento y nuestra forma de vivir? ¿Qué va surgiendo en su reemplazo? Algunos ya lo han visto, pero no todos: una nueva aula emerge llena de imágenes-conocimientos fugaces y fragmentados, es un nuevo tótem electrónico global que dispone modos de comportamiento y modelos de vida, incluso es la nueva ágora mediática de discusión, exposición y definición política. Una nueva forma de ver, sentir, pensar y actuar. Es cierto, la realidad y el ser se han debilitado y despotenciado, como sostiene Gianni Vattimo[4], lo real ha sido diferido y quedan en su representación vicaria las realidades presentadas por las modernas tecnologías de información y comunicación, en donde la televisión, el cine, internet, los videojuegos han abierto las puertas a un nuevo campo, a nuevas disciplinas.

La educación no es ajena al terremoto del cambio de época y de paradigma, quizás es el epicentro, el área más afectada y con más bajas. A partir de este momento la educación ya no será igual, la tiza y la pizarra se baten en honrosa retirada, sus lugartenientes las construcciones verbales conceptuales y lineales han dejado lo mejor de sí en el campo. Al final de cuentas con ellas aprendimos a comprender el mundo, sus misterios y sus sueños, queda la satisfacción que no han sido derrotadas, simplemente han sido absorbidas. Siendo holísticos y consecuentes con los nuevos desafíos que nos toca enfrentar, diremos que han sido recicladas en el nuevo lenguaje, el nuevo imperio de lo multimediático-audiovisual.

Esa absorción trae como consecuencia una nueva fusión: educación y comunicación. En antaño dos campos con poca relación y más bien con cierta rivalidad, pues los media destruían lo que con tanto esfuerzo los maestros cultivaban en el aula. Hoy son dos campos en integración que en los últimos años han ensayado diversas denominaciones para expresar su integración, como Educación Comunicativa, Educación Audiovisual o Comunicación Audiovisual, tal vez lo más adecuado sería llamarla Educomunicación Audiovisual (ECAV) de este modo superar la referencia permanente al componente tecnológico, porque se trata de ir más allá para conocer la gramática del nuevo lenguaje, las estrategias que nos ofrece, los nuevos contenidos del mensaje educomunicativo audiovisual, su diferenciación e integración con otras formas de expresión, las implicancias socioculturales de su uso, su delicada gestión en un mundo cambiante y, por supuesto, la producción de textos audiovisuales de alcance educativo. En síntesis, una nueva estrella en el universo de la ciencia y las profesiones del s.XXI.

POTENCIALIDADES IDENTIFICADAS

Los factores que encumbraron al lenguaje audiovisual se sostienen en el avance de la ciencia y la tecnología y la evolución de la estructura económico-productiva de los países industrializadas del primer mundo. De este modo, las primeras experiencias de educación audiovisual surgen en la segunda década del siglo pasado, cuando los profesores comenzaron a utilizar las incipientes películas cinematográficas como material didáctico que permita la comprensión de asuntos complejos y abstractos. Luego los servicios militares de los países beligerantes en la II Guerra Mundial, lo emplearían para entrenar a grandes cantidades de pobladores en breves espacios de tiempo. De estas dos referencias históricas surgen dos de las ventajas más radicales del lenguaje audiovisual en relación con el lenguaje impreso y oral.

La primera ventaja es la representación de la realidad con un alto grado de vicariedad, es decir, el lenguaje audiovisual debido a su doble condición icónica y sonora refleja con mayor eficacia una situación real y se pone en mejores condiciones de estar “en lugar de”. Por ejemplo, explicar la hominización (proceso de cambio que dio lugar a la aparición del homo sapiens) es más eficaz con un video documental educativo, incluso no sólo sería el material de apoyo, sino el núcleo de la comprensión más adecuada de tan fascinante proceso.

La segunda ventaja es la rapidez, el tiempo de duración. Precisamente porque la percepción sensorial es simultánea (vista y oído) y dinámica (imagen en movimiento), el ritmo puede acelerarse. El ejemplo más exacto son los 30 segundos de duración de un convincente spot publicitario de televisión o los 4 minutos de historia vibrante y cantada de un videoclip. Sin duda, se trata de dos poderosas ventajas que fueron reconocidas el siglo pasado. Las ventajas que aparecieron con el correr de los años no son menos intensas, veamos.

La tercera ventaja es más bien una configuración lúdico-afectiva de diversas facetas que ha permitido la aparición de un nuevo modo de comprender[5] derivado de la percepción fragmentada, difusa y de alta polisemia que impone el lenguaje audiovisual. Situación que favorece la aparición consistente del aspecto lúdico, ficcional y la fantasía. Aparentemente son facetas de la realidad alejadas del contenido educativo, pero se trata de extraordinarias posibilidades que permiten cristalizar una relación afectiva, intensa, directa y alegre, aspectos que el paradigma tradicional de la educación había clausurado a favor de una comprensión lógica, lineal y conceptual desvinculada de la vida cotidiana.

Parte de esta configuración es la revaloración del aspecto estético del proceso de enseñanza y aprendizaje. Al elevar a grado sumo la percepción de imágenes y sonidos, el lenguaje audiovisual requiere de un tratamiento cuidadoso del color, la composición, la perspectiva, la puesta en escena, la música y el ritmo. En verdad se trata de una ventaja que más bien es un desafío para los educadores del s. XXI.

La configuración lúdico-afectiva se completa con un grupo de ventajas que vinculan lenguaje y recepción del destinatario. El educando manifiesta curiosidad por el contenido narrado debido a la propia naturaleza audiovisual y afectiva del mensaje. Ese deseo por saber el desenlace se debe a dos condiciones de la producción audiovisual: el suspenso y el movimiento progresivo. Suspenso en el sentido de que el destinatario recibe datos con anticipación y no sabe cómo concluirá la historia y movimiento progresivo entendido como el recurso del creador audiovisual consistente en ofrecer esos datos de modo antelado.

El cierre de la configuración descrita se logra con dos ventajas que se asemejan al filo de una navaja, pueden ser peligrosas en manos inexpertas y eficaces en manos diestras. El lenguaje audiovisual tiene la propiedad de generar identificación con los personajes, situaciones, problemas y alegrías presentadas en el curso del relato; de allí que uno de los aportes más significativos de la psicología contemporánea, el aprendizaje social u observacional, se funda en la evidencia que los modelos de la televisión son rápidamente imitados por los jóvenes. En la actualidad la moda, la publicidad, los espectáculos musicales y el marketing de todas las especies son quienes sacan los mejores dividendos de esta propiedad del lenguaje audiovisual. La última ventaja se deriva de las anteriores: al identificarse con alguno de los componentes de la narración o quedarse fascinado por el potencial estético, lúdico o ficcional del lenguaje audiovisual el destinatario se libera, se distrae, goza, ríe o llora; en suma vibra. Se trata del potencial más elevado y profundo en manos justas, buenas y veraces; pero peligroso y manipulatorio en manos falsas y perversas, se trata de la propiedad catártica o catarsis simplemente.

Las ventajas del lenguaje audiovisual expuestas demuestran el potencial del nuevo lenguaje y a la vez el desafío por su conocimiento y aplicación, como nueva forma de comprender y presentar las ideas, los ideales, el mundo y la naturaleza.

PROPUESTAS Y COMPROMISOS IRRENUNCIABLES

La Educomunicación audiovisual es nuestra propuesta central para enfrentar los desafíos pedagógicos de la educación, pero pasa necesariamente por un conjunto de compromisos irrenunciables.

El primer compromiso es doctrinario y epistemológico, se trata de reflexionar la ECAV comprendiendo las TICs como manifestación externa de un nuevo vínculo entre educación y realidad debilitada o despotenciada, siguiendo a Vattimo, pues de lo que se trata no es de la cantidad y calidad del TICs dentro del aula o que los alumnos sepan decodificar el mensaje televisivo, publicitario o cinematográfico. El reto es “que necesitamos preparar a los niños para que sepan vivir y sobrevivir en un mundo donde la imagen y las relaciones simbólicas son las que configuran la realidad”[6] y en donde a la caída de los paradigmas lineales y conceptuales le sucede una nueva integración de los saberes, un nuevo ser, esta vez más simbólico, más digital[7]. Pero fundamentalmente, orientado hacia un nuevo hombre holístico comprometido en la integración de tecnología-sociedad-naturaleza y símbolo.

El segundo compromiso es histórico y político, pues la educación es parte del conflicto socio-económico-cultural de nuestras naciones peruanas. Se trata de enfrentar el inevitable abismo de vivir diversas etapas y niveles en un mismo cuerpo nacional. ¿Cómo alcanzar los obsequios obnubilantes de la postmodernidad y la alfabetización audiovisual-multimedia en una sociedad premoderna, preindustrial y que todavía no cubre fases previas de su alfabetización lingüística? ¿Cómo encarar la condición de diversidad cultural, exclusión y desigualdad? Semejante reto implica repetir un lugar común: un liderazgo político integrador, ético y visionario que transforme la situación, que permita la adopción de una visión compartida de la educación peruana y diseñe una política pedagógica nacional a la luz de los cambios, las oportunidades globales y, las fortalezas y debilidades locales.

El tercer compromiso está referido a la formación del profesorado. Las universidades e institutos de acuerdo a sus políticas institucionales deben incorporar asignaturas, una línea formativa o especialidades de ECAV, tanto en la línea de la educación formal, como la educación no formal. Partiendo de la identificación y precisión de las siguientes subáreas:

- Análisis audiovisual educativo: conocimiento y reflexión sobre el lenguaje audiovisual (aspectos tecnológicos, morfológicos, sintácticos, semánticos, estéticos, socio-pragmáticos y semióticos).
- Producción educativa audiovisual: dominio del proceso de construcción simbólica del mensaje audiovisual (narrativa, software, preproducción, realización, edición, evaluación y distribución).
- Material educativo audiovisual: uso como recurso de la enseñanza de obras audiovisuales en diversos formatos y géneros (filmes, programas de televisión y video, videoclips, videojuegos, DVD, internetv).
- Gestión educativa audiovisual: tomando como punto de referencia a Ismar de Oliveira, implica detectar el coeficiente comunicacional de las acciones educativas, planeamiento, diseño e implementacion, administración y dirección, gestión de la investigación educomunicativa, diseño de propuestas legislativas y evaluación.

Cuarto compromiso, formar un Consejo del Audiovisual Educativo que asuma la tarea de suministrar información, opinión técnica especializada, propuesta legislativa, veeduría educomunicativa de los mass media, producción de material audiovisual y sistematización del acervo audiovisual.

Quinto compromiso, a modo de estrategias de entrada establecer convenios y reglamentaciones precisas con televisoras de señal abierta y de cable (públicas y privadas), distribuidoras cinematográficas, universidades, ONG, instituciones públicas y privadas a fin de establecer una Mediateca Nacional y Latinoamericana, a fin de ofrecer al profesorado y las instituciones educativas el acceso a los archivos videográficos, fílmicos y digitales sin costos añadidos, para uso educativo. Pero además se requeriría de una minuciosa tarea de elaboración de manuales para el análisis, producción, uso y gestión del audiovisual. En el caso de la red pública de medios (Televisión Nacional del Perú y Radio Nacional) se trata de la instancia que propicie visitas a sus instalaciones, cesión de horarios para la producción audiovisual, cesión de archivos para el profesorado y alumnado; conviertiéndose junto a las universidades públicas y municipios con canales de TV y radioemisoras en el terreno privilegiado para que germine esta propuesta.

Queda al final el compromiso clave: el entusiasmo y la voluntad política de autoridades y la integración comprometida y creativa de comunicadores, educadores, tecnólogos, especialistas, instituciones educativas, universidades y medios de comunicación

CONCLUSIÓN

Con los últimos avances tecnológicos y la aplicación de los medios audiovisuales se podría alcanzar la aspiración de una enseñanza y aprendizaje divertido, agradable y alegre. Pues a la naturaleza representacional del lenguaje audiovisual se viene sumando una fuerte dosis de interactividad y simultaneidad en tiempo real con los media. Los niños y jóvenes de hoy requieren, pues, de una respuesta rápida y ejemplar de la generación responsable de ofrecerles las posibilidades de su despegue en un mundo que ya no es el mismo; porque tal vez el nuevo ser holístico es en realidad la integración del ser real-conceptual y el ser digital-simbólico.



BIBLIOGRAFIA
BAUTISTA, José y SAN JOSE Ana. Cine y creatividad. Madrid. Ed. FERE. 2002
CRUZ, Manuel. Filosofía contemporánea. España. Ed. Taurus. 2002
DE OLIVEIRA, Ismael. La gestión de la comunicación en el espacio
educativo. Lima. Diálogos #52. FELAFACS. 1998.
DEBATE EDUCATIVO. La educación en comunicación audiovisual. 2003.
2004. Disponible en http://debateeducativo.mec.es
FUENZALIDA, Valerio. Situación de la televisión pública en América Latina.
Lima. Diálogos #53, FELAFACS. 1998
GATES Bill. Camino al futuro. Bogotá. Ed. Panamericana. 1996
MARQUES, Pere. La alfabetización audiovisual. 2000. 2004. España.
UAB. Disponible en http://dewey.uab.es/paplicada
MC LUHAN, Marshall. La Galaxia de Gutemberg. México. Ed. Artemisa.
1987
NEGROPONTE, Nicholas. Ser digital. Argentina. E. Atlántida. 1998.


* Licenciado en Periodismo titulado en la Universidad Católica Santa María (1989); Magíster en Comunicación graduado en la Universidad Nacional de San Agustín (2001); profesor de pre y postgrado, productor independiente, conferencista, investigador, consultor y autor de publicaciones en el área; propulsor de la creación de radio y televisión universitaria (1997) y creador de la maestría en Comunicación para el Desarrollo en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno (2003).

[1] MC LUHAN, Marshall. La Galaxia de Gutemberg. Ed. Artemisa. México. 1987. pág. 185
[2] FUENZALIDA, Valerio. Situación de la televisión pública en América Latina. Diálogos #53, FELAFACS, Lima, 1998. pág. 105
[3] GATES Bill. Camino al futuro. Bogotá. Ed. Panamericana. 1996.
[4] CRUZ, Manuel. Filosofía contemporánea. España. Ed. Taurus. 2002
[5] DE OLIVEIRA, Ismael. La gestión de la comunicación en el espacio educativo. Lima. Diálogos #52. Ed. FELAFACS. 1998. pág. 12-13
[6] BAUTISTA, José y SAN JOSE Ana. Cine y creatividad. Madrid. Ed. FERE. 2002
[7] NEGROPONTE, Nicholas. Ser digital. Argentina. E. Atlántida. 1998.

Cóctel de extralegalidad en un ambiente de exclusión: Ilave y la Universidad de Puno, aprendizajes perversos

Setiembre de 2004
INTRODUCCION

Resulta paradójico encontrar algunas coincidencias y vínculos entre los hechos ocurridos en la provincia de El Collao y las pugnas de poder en la Universidad Nacional del Altiplano. En primer lugar, en ambos casos asistimos a los abominables asesinatos de dos autoridades elegidas a través de las urnas: el alcalde Fernando Robles y el asambleísta Melitón Puraca. En segundo lugar, tanto los comuneros aymaras de Ilave como los miembros de la comunidad universitaria, justifican sus acciones violentas como expresión de rechazo contra los supuestos actos de corrupción de sus autoridades electas. En tercer lugar, ilaveños y universitarios desconocen la decisión del Jurado Nacional de Elecciones y la Asamblea Universitaria, que encarga la alcaldía a Ramón Arias y el rectorado a Hugo Cotacallapa, respectivamente. En cuarto lugar, ambos coincidentemente designan por aclamación, otro alcalde y otro rector: Miguel Angel Arias y Enrique Calmet.

APRENDER A DESGAJAR

Las dos muertes y especialmente el linchamiento de Robles desnudan los paupérrimos niveles de respeto a la dignidad y la vida humana que caracterizan a la sociedad peruana, y a la vez el miope papel que nuestro Estado inconcluso juega en las zonas andinas y selváticas del país y especialmente en Puno. Sin embargo, el viejo divorcio entre un Perú costeño y moderno frente a una serranía premoderna y excluida ha encontrado un curiosísimo vaso comunicante que vincula Estado y sociedad. Se trata del aprendizaje más nefasto alimentado durante años y cristalizado en la década del gobierno de Fujimori. ¿Cuál es? y ¿quiénes aprendieron? Algunos líderes y profesionales han “aprendido” fatalmente que los fondos públicos son una jugosa oportunidad para desgajar “su parte” o asegurar laboralmente a los suyos, aunque sea por un corto tiempo.

En ese desorden de cosas, tampoco es extraño que algunos de los más importantes líderes que encabezan la oposición (municipal y universitaria) busquen lo mismo, con la diferencia que recurren al gran abanico de argumentos, mensajes y contenidos que ofrece una vida social precaria y desarticulada. Dicho de otra manera: pobreza, identidad o desarrollo pueden ser el pretexto para alcanzar el poder. Inclusive son parte de esta lógica los sujetos con conciencias y acciones ambivalentes: desgajan y a la vez propician el desarrollo. Como estilo se encarna en congresistas, ministros, funcionarios, asesores, militares, presidentes regionales, alcaldes, prefectos, directores regionales, rectores, jueces, entre otros de menor rango. ¡Qué difícil encontrar líderes que entiendan que el poder es para servir y no para servirse!

En esa atmósfera de aprendizajes perversos que vienen desde arriba y desde ayer; los de abajo han cultivado con paciencia y eficacia códigos y conductas alternas e híbridas para entender y sobre todo enfrentar la vida, la sociedad, la economía y el desarrollo. Por eso no es de extrañar que precisamente en Ilave convivan en un mismo cuerpo la herencia cultural altiplánica con dos actividades ilícitas de gran ventaja económica e hijas feas de la sociedad de mercado, adoptadas por algunas familias aymaras: el contrabando y el narcotráfico. Actividades que debido a su propia naturaleza ilícita y delictiva logra armonizar con los aprendizajes perversos. El resultado es un cóctel de extralegalidad en un ambiente de exclusión, que al ser bebido alimenta odios fraternos y desnuda descaradamente el siempre pobrísimo rol del Estado peruano. Llamado a imponer orden con el imperio de la ley, en el marco de un Estado de Derecho, nuestro endeble y adolescente Estado lidia con sus propias trampas inclusive -resulta vergonzoso decirlo- con sus propias leyes.

Pues no se encuentra el por qué algunos grupos de pobladores desoyeron al JNE y algunos miembros de la comunidad universitaria dan la espalda a la ley universitaria. Los responsables no sólo son quienes se rebelan ante la ley, ni quienes pierden la representatividad política por la torpeza de sus actos y sus conciencias ambivalentes.

Los responsables son quienes pudiendo y debiendo informarse no se informan; pudiendo y debiendo participar no participan; pudiendo y debiendo alertar no alertan; pudiendo y debiendo liderar no lideran.

La utopía de un Estado eficiente, honrado y plurinacional; el respeto a la vida y la dignidad humana; instituciones fuertes y ejemplares, y representantes al servicio del pueblo, sólo se logra con ciudadanos inmersos en la vida pública y política, que han comprendido que el acto de elegir a un representante va más allá de la simpatía, la similitud y la emoción. Se trata de una decisión reflexiva, propositiva, co-responsable y orientada a la construcción compartida del futuro.

Sunday, September 25, 2005

Mi suredad... tu suredad... nuestra desigualdad

COMUNICACION PARA LA CONVERGENCIA EN EL SUR DEL PERU
Autores: Eland Vera, Federico Rosado y Rosario Vera
(Ponencia expuesta en el XXVI Encuentro Peruano de Facultades de Comunicación y IV Encuentro Andino de Facultades de Comunicación-Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia. Arequipa 2005)

RESUMEN
La ponencia es una reflexión sobre el imaginario ciudadano de los jóvenes del sur del Perú (Arequipa, Cuzco, Moquegua, Puno y Tacna) y cómo la diferenciación y desnivel de atributos y rasgos percibidos y autopercibidos son un desafío para la deseada integración macrorregional, como forma superior de organización para el desarrollo. Los medios de comunicación y los comunicadores cumplen, en ese sentido, un rol que va más allá de lo meramente informativo y periodístico; son parte estratégica de la construcción compartida de un proyecto de convergencia que sostenga el destino histórico común y tolerante en el Sur del Perú.

INTRODUCCIÓN
Al explorar la autopercepción ciudadana y la percepción del otro en la región sur del Perú, se trata de ofrecer información a los medios de comunicación y comunicadores para que destaquen los puntos de convergencia regional y traten de modo diferente los aspectos de divergencia entre ciudadanos, en una etapa de regionalización entendida como reto de integración.

La indagación sobre las percepciones de los jóvenes estudiantes, es un acercamiento a los futuros profesionales que asumirán la conducción de la vida económica, social, política y cultural en los próximos años. Jóvenes que al final de cuentas vivirán los resultados del segundo intento regionalizador del Perú que ojalá algún día logre superar los viejos patrones demarcatorios impuestos durante la Colonia o surgidos durante nuestra inestable, frágil y frustrante República que lo único que ha logrado es entronizar el centralismo, dividir el país y generar ciudadanos de diferente clase.

Es bien sabido que el proceso regionalizador está poniendo a prueba a nuestras clases dirigentes del interior del país, pero también está probando la consistencia de la sociedad civil provinciana, la idoneidad de profesionales y técnicos, y sobre todo la madurez de los pobladores sureños que más allá del reclamo de derechos, deben pasar a ser ciudadanos regionales escrupulosos cumplidores de sus deberes. Si durante décadas el Estado jugó un pobre papel como pivote del desarrollo nacional, es la hora de las regiones provincianas y los gobiernos locales, tal vez la última posibilidad de viabilidad fuera de la metrópoli limeña.

De ahí que formar una región o macrorregión en los departamentos peruanos se constituye en un reto al nivel de desarrollo alcanzado por los ciudadanos y sus líderes. Acostumbrados al centralismo, los departamentos del Sur enfrentan el reto de la integración, de la suma de esfuerzos, de las negociaciones y, por supuesto, de los intereses.

En ese contexto, uno de los aspectos singulares de la ecuación integradora, es preguntarnos: ¿Es posible la integración de los departamentos del Sur? ¿Qué nos une, qué nos separa? ¿Cómo nos percibimos entre sureños? ¿Cuál es la percepción que tienen unos de otros? ¿Cuál debería ser el aporte de los medios de comunicación y los comunicadores en la búsqueda de una integración regional para el desarrollo? ¿Qué valores ciudadanos por departamento, deben servir a los medios de comunicación como recurso integrador en el sur del Perú?

1. SOPORTE SIN CENTRO
La comprensión de la realidad social en general y de la comunicacional en particular, como sostiene Martín Barbero
[1], ya no se mueve bajo los dictados de una razón moderna ambiciosa de unidad: sino por la apertura a un horizonte ilimitado de exploración y la conciencia del carácter limitado de toda forma de conocimiento.

En ese sentido, los saberes que apoyan reflexiones como la nuestra (Psicología Social, Antropología Cultural, Economía, Politología, Semiótica, Historia y hasta las ciencias de la complejidad) forman un crisol interpretativo dentro de las Ciencias Sociales que nos reitera que estamos ante una nueva época y una nueva manera de encarar las dificultades del presente y los retos del futuro.

Semejante arsenal sin centro busca comprender nuestra condición de país sumergido en la exclusión social, la desigualdad económica, la diversidad cultural, la complicada situación de la juventud, la responsabilidad de las élites y de los medios de comunicación, la construcción de ciudadanía y el desafío del desarrollo integral.

La atmósfera implacable del neo-liberalismo insiste en persuadirnos que el mercado es la única manera de existir, persiguiendo como nunca antes, “la felicidad a través del más alto grado de acumulación material, diseminando patrones de consumo ecológicamente insustentables y depredando a través del mercado y la tecnología a empresas, personas y naciones”
[2];pero esta situación empuja la emergencia de posiciones identitarias que reclaman respeto a la diversidad, a lo local, a la singularidad geográfica y étnica. Además no sólo es la diferencia ante lo global-transnacional, surgen las diferencias con el otro que, siendo similar, también es diferente, vecino, compatriota.

Aparece así el fenómeno de la exclusión social y sus perversas e inhumanas desigualdades entre ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera clase. Una ciudadanía incipiente con bajos niveles de instrucción, estancada en actividades económicas de recolección y extracción.

En ese mar de infortunio las élites nacionales y locales se arman como corsarios modernos a la toma del feble Estado y manifiestan de modo descarado una moral pública corrupta y en el mejor de los casos ambivalente y caprichosa.

Queda como posibilidad la formación de redes alimentadas por la inquebrantable fe y esperanza de la juventud, las mujeres organizadas, los pequeños y medianos emprendedores, la sociedad civil consciente, la autopista de la información y los medios de comunicación para el desarrollo.

Más que discursos y academicismo se impone solidez intelectual y moral para entrar a la arena de la construcción compartida del futuro. Siguiendo a Aristóteles, pasar del acto a la potencia, de lo que es, a aquello que puede ser, porque todas las cosas cambian y pueden convertirse en otras diferentes a lo que son.

2. A FAVOR DE LA CONFORMACION DE LA MACRORREGION
Uno de los actores sociales clave de la vida regional que, precisamente se caracteriza por contener una fuerte disposición al cambio, es la juventud, y particularmente la que se encuentra en los principales centros de estudios superiores (universidades e institutos) del Sur del Perú. Su opinión sobre el proceso de regionalización resulta, por lo tanto, un valioso referente sobre sus expectativas sobre la vida política. Al parecer el optimismo supera al pesimismo.

Alrededor del 64% de los jóvenes sureños encuestados en las 5 capitales de departamento, se muestran a favor de la conformación de la macrorregión sur, el 36% no manifiesta una opinión favorable al proceso.

Además, surgen datos paradójicos: los jóvenes tacneños son los más resistentes a la conformación de la macro región y más bien la juventud altiplánica expresa una opinión favorable, por encima de los otros 4 departamentos. Considerando que ambos departamentos posiblemente conformarán una región junto a Arequipa.

En cuanto a los ciudadanos moqueguanos, pese a la decisión de sus líderes de no ser parte de la macrorregión, sus respuestas contradicen a sus autoridades mostrándose a favor de la integración; un caso similar es el de los ciudadanos cuzqueños que también optan por el esquema macroregional.

Pero más allá de la aprobación a la conformación de la macrorregión sur y, por lo tanto, la aceptación de un futuro común entre vecinos sureños, se encuentra la sedimentada identidad departamental que en más de una ocasión ha develado diferencias y resistencias.

3. IDENTIFICACION Y DIFERENCIA

La identidad colectiva no es una esencia supone, según Rossana Reguillo
[3], un proceso simultáneo de identificación y diferenciación que se construye en la interacción desnivelada con los otros, los iguales y los diferentes. Luis Villoro[4] agrega dos vertientes sumamente interesantes, la identidad por la vía de la singularidad (pertenencia a un territorio, composición demográfica, lengua, rasgos culturales) y la identidad por la vía de la autenticidad (en base a las necesidades, plantear un proyecto de deber-ser). Esta tensión entre la identidad defensiva y la identidad proyecto halla su manifestación más clara en la región sur, entre las singularidades de las ciudades andinas y la conformación de la macrorregión que empuja a pensar en términos de identidad como proyecto de futuro.

Por eso, una de las provocaciones más notorias del estudio fue interrogar a la juventud del sur del Péru sobre el “parecido” y el “menor parecido” que tienen con alguno de los otros vecinos departamentales Descubrimos que los ciudadanos tacneños son considerados, comparativamente, como los más similares a los otros ciudadanos. Por ejemplo, más de la mitad de los moqueguanos se consideran similares a los tacneños, más de un tercio de los arequipeños también se hallan parecidos a los tacneños, inclusive los cuzqueños y puneños dicen parecerse a ellos.

Otro hallazgo singular es la reciprocidad de parecido entre moqueguanos y tacneños: ambos expresan parecerse mutuamente. Sin embargo, Moquegua no se encuentra dentro de la propuesta macroregional junto a Tacna. Nuevamente se demuestra que los líderes moqueguanos se encuentran desconectados de la opinión de la población.

En la pregunta sobre el “menor parecido a”. El ciudadano arequipeño es considerado el de menor similitud con sus vecinos regionales. La razón como se demuestra en la información sobre rasgos y valores se halla en la percepción que se tiene de ellos. Así como en la similitud que se le asigna con el limeño, pues más de la mitad de los jóvenes interrogados sostienen que el arequipeño es el sureño más parecido a los ciudadanos capitalinos.

En el caso de los ciudadanos puneños, que son los segundos en menor parecido con sus vecinos, surge algo contrario con respecto al parecido con el limeño. Si por un lado los sureños, en general no se identifican con el arequipeño; a la vez no existe identificación con el puneño por hallarse alejado de lo capitalino y más cercano a lo andino-serrano, estigma que ronda el presente estudio.

4. AUTOPERCEPCIÓN CIUDADANA Y PERCEPCIÓN DEL OTRO DEPARTAMENTAL

Toda percepción se halla relacionada a factores históricos, por lo que debe ser comprendida desde una perspectiva sociohistórica, considerando su ubicación espacial y temporal, vinculada a lo vivido, a lo visto, al conocimiento y experiencia previamente adquirida a lo largo de la vida compartida con otros. Este compartir con otros, opone el concepto del nosotros, relativamente homogéneo, y los otros o el grupo de afuera. Aunque no parezca, esta oposición integra a ambos, permite ser a unos y a otros; ya que los grupos se definen o se construyen por oposición a los otros: aún cuando los otros son vecinos se les considera diferentes.

En ese sentido, al indagar sobre los rasgos y valores de los ciudadanos sureños desde el punto de vista de los jóvenes sureños se trabajó la diferencia entre la autopercepción ciudadana y la percepción de los otros vecinos.

Arequipa

Los jóvenes se califican como inteligentes y regionalistas, por sobre otros rasgos como la lealtad, la simpatía, inspiradores de confianza, compromiso con su pueblo y mentalidad empresarial. Los rasgos que no definen al arequipeño son la humildad y la tolerancia.

A su vez los vecinos departamentales no coinciden plenamente con la autopercepción del arequipeño. Los vecinos lo consideran con mentalidad empresarial comparados con ellos, sin embargo no es una cualidad que el arequipeño la considere tener.

Como rasgos al servicio de la integración surgen la inteligencia para enfrentar problemas y el compromiso con su pueblo. Aspectos todos ellos que deben armonizar en una ecuación integradora en el sur del Perú. Reconociendo los rasgos positivos que los vecinos les asignan y que ellos no consideran tener.

Los medios de comunicación y los comunicadores de Arequipa, por su parte tienen que asumir con responsabilidad que el regionalismo exacerbado, la arrogancia e intolerancia constituyen un obstáculo en el proceso integrador; más aún si la metrópoli mistiana alberga a una gran cantidad de migrantes de los departamentos vecinos. Por lo que se halla en el desafío de superar algunos prejuicios y trascender hacia el logro de una ciudadanía sureña donde converjan los importantes aportes de sus vecinos departamentales. Si los medios no asumen esta nueva misión, se caería en una peligrosa polarización entre una Arequipa que a todas luces fue y una Arequipa que ahora es.

Cuzco

Los principales rasgos positivos de la autopercepción cuzqueña coinciden exactamente con la opinión de los vecinos macroregionales. Por lo que la condición de ciudadanos con tradición histórica, alegres y hospitalarios logra coincidir con el poderoso atractivo de la ciudad imperial, que rebasa los límites de la región sur y del propio país, constituyéndose en un fuerte potencial del Cuzco.

En el sentido inverso también existe coincidencia en los rasgos menos destacados: bajos niveles de mentalidad empresarial, patriotismo, laboriosidad y regionalismo. En cuanto a las contradicciones, la más destacada es la percepción sobre la capacidad intelectual, favorable para los cusqueños pero desdeñada por sus vecinos; y la percepción de simpáticos y comprometidos con su pueblo, según los otros departamentales; pero no tan central para los cusqueños.

Moquegua

La información sobre Moquegua desnuda una baja autopercepción del ciudadano, así como de sus vecinos departamentales. Los rasgos menos considerados o negativos son la mentalidad empresarial y la laboriosidad. Sin embargo, contiene la más alta valoración en los rasgos morales: los moqueguanos se definen como honrados, humildes, tolerantes e inspiradores de confianza. Sus vecinos también relevan esos rasgos, pero enfatizan en la condición de humildes y tolerantes; por lo que se trata de ciudadanos con actitudes morales elevadas, pero débiles en el terreno productivo y competitivo

El caso de Moquegua sirve de ejemplo y desafío para la integración regional y el compromiso de los medios de comunicación y comunicadores a fin de conseguir un acercamiento destacando los rasgos encontrados que otros vecinos carecen y asumiendo el desafío político de desprendimiento para lograr el desarrollo solidario de la región.

Puno

La autopercepción puneña se define por tres rasgos resaltantes: la alegría festiva, la humildad y el trabajo; junto al autoreconocimiento de no ser ciudadanos simpáticos, patriotas, tolerantes, ni con mentalidad empresarial. Los otros departamentales, a su vez, coinciden en sus tres rasgos positivos y los rasgos menos característicos; por lo que se logra cristalizar la percepción ciudadana del puneño.

Sin embargo, sus vecinos, lo consideran el menos digno de confianza, incluso muy por encima de su propia valoración. Sucede de igual forma pero con menor intensidad con la hospitalidad. Como en el caso del arequipeño, los puneños no consideran poseer mentalidad empresarial, mientras que los vecinos encuentran esa capacidad en el ciudadano altiplánico.

Un par de rasgos que en el moqueguano están unidos por ellos mismos y por sus vecinos (tolerancia y humildad), se polarizan en el caso del ciudadano puneño. Como si detrás de la humildad real se esconden rasgos de intolerancia que pueden provenir de fundadas razones culturales o costumbres arraigadas.

Los medios de comunicación y los comunicadores deben tomar con seriedad y serenidad el perfil del puneño; más aún si se trata de una población expansiva con una fuerte presencia migratoria en sus departamentos vecinos. Y que al ser considerados como ciudadanos que inspiran poca confianza, intolerantes y desagradables, se está planteando un peligroso estigma que impediría la integración regional.

El concepto de estigma, desarrollado por Goffman
[5], nos enfrenta a una situación preocupante: la identidad deteriorada, resquebrajada. El manejo del estigma es un rasgo general de las sociedades y en el caso peruano, tiene nombre propio, el racismo hacia el indígena. Los casos de desprecio hacia el poblador campesino del ande o a la persona de origen andino, forman un amplio espectro de situaciones, desde las cotidianas hasta las mediáticas; reforzando uno de los más vergonzosos deméritos del Perú.

Según Goffman, el supuesto rol del normal (para nuestro caso, el ciudadano costeño de origen urbano y apellido occidental) y el rol del estigmatizado, se hallan en el mismo espacio y constituyen una forma de enfermedad de ambas partes. El esfuerzo integrador de departamentos vecinos, pero diferentes, exige por lo tanto el reconocimiento sincero e impostegable de esta situación. Y la posterior puesta en marcha de programas y campañas de integración departamental.

Tacna

Los ciudadanos tacneños se autoconceptúan como patriotas, honrados y leales, y a la vez poco alegres, humildes y regionalistas. En ambos casos coinciden básicamente con la percepción externa, pero la honradez proclamada no coincide con la opinión externa, pero los vecinos sí los consideran tolerantes y con mentalidad empresarial, muy por encima de lo que ellos mismos creen tener.

A diferencia del estigma hacia el puneño, la autopercepción precaria del moqueguano y el rechazo a la arrogancia arequipeña, los ciudadanos tacneños gozan del perfil más aceptable junto al cuzqueño. Si consideramos que la futura macrorregión sería conformada por Puno, Arequipa y Tacna, se puede suponer que el rol de los líderes tacneños es el más apropiado para tender puentes de integración en el sur.


5. DESAFIOS Y OBSTACULOS DE LA INTEGRACION REGIONAL

Todo grupo social genera rasgos diferenciadores que le permiten identificarse entre sí y marcar distancia del otro. Estos rasgos son más notorios si le agregamos cientos de años de discursos de singularidad y líderes que instrumentalizan la divergencia por razones idiomáticas, geográficas, de recursos naturales, costumbres y actividad económica.

El sur del Perú no escapa a esta realidad. Y los medios de comunicación, junto a las demás instituciones sociales como la familia y la escuela se encargan de reforzar estas diferencias e inclusive se consideran como factor socializador y de identidad en cada zona del país. Debe quedar claro que las singularidades regionales son un poderoso factor cohesionador, pero un peligroso factor diferenciador que obstaculiza el paso a niveles superiores de convivencia social y desarrollo.

Una renovada demostración de esta realidad son las autopercepciones y percepciones externas analizadas que han dejado marcados algunos obstáculos, como el que logran triangular las sospechas declaradas entre arequipeños, puneños y moqueguanos.

El entramado de diferencias y similitudes más bien debe servir para pasar de la comprensión a la generosidad del discurso y la sincera acción integradora. Si los políticos no lo hacen tendrá que hacerlo la sociedad civil, los gobiernos locales y especialmente, los medios de comunicación, verdaderos reconstructores simbólicos de la vida social y política. Ahí esta el desafío.

En tal sentido, los 15 rasgos propuestos a los encuestados han sido agrupados en 4 dimensiones que se detallan a continuación: a) Lo moral, b) Lo productivo, c) Lo afectivo y d) Lo sociohistórico.

Lo moral: ¿debilidad u oportunidad?

Si reunimos los valores de la tolerancia, honradez, lealtad, humildad y confianza, percibimos la sólida percepción moral del ciudadano tacneño que goza de calificaciones positivas reconocidas por sus vecinos y por ellos mismos. Se trata de un potencial apreciable que debe servir en la ecuación integradora. Los ciudadanos moqueguanos completan el liderazgo moral y muy tímidamente los ciudadanos cuzqueños.

La situación de los ciudadanos arequipeños es significativa, se halla con un pie débil en el ámbito de lo moral, pero escandalosamente traicionado por su pobreza de humildad y tolerancia que, como es obvio, se asocia con la arrogancia y la discriminación. Aspecto alarmante si se trata de un departamento muy activo en el desarrollo regional y que cobija a muchos migrantes de los departamentos vecinos.

Como complemento obstaculizador los ciudadanos puneños recogen el fuerte estigma de la descalificación moral. Conjugan la humildad, como aspecto positivo, con consistentes calificaciones de desconfianza, intolerancia, deslealtad y poca honradez, dentro del universo valorativo de los sureños. Como es obvio, son percepciones que se hallan sedimentados y bullen en el imaginario y que no necesariamente son evidencias concretas, simplemente es “lo que se piensa” del vecino.


Lo productivo: potencial, pero…

Se ha considerado como rasgos productivos la mentalidad empresarial (empresarialidad), el trabajo o laboriosidad y la inteligencia. Es cierto que se trata de las palancas de cualquier aspiración progresista, pero sería bueno combinarlas con los datos anteriores. El ciudadano arequipeño esta vez asume el liderazgo de lo productivo con superioridad en dos de los tres rasgos, pero precisamente la laboriosidad (aunque poco intelectual) viene a ser propiedad del humilde ciudadano puneño.

Visto con sentido estratégico forman un trinomio de lujo con el ciudadano tacneño, dejando al improductivo moqueguano y al feble cuzqueño. Sin embargo, los miramientos morales entre vecinos son obstáculos. Ahí surge la labor de los re-constructores simbólicos (los comunicadores), no para entorpecer sino para aplanar el camino.

Lo afectivo: fortaleza compartida

La percepción afectiva es dinámica entre los jóvenes encuestados y la mayoría tiene por donde destacar. Arequipeños y tacneños se pueden preciar de ser ciudadanos simpáticos, pero lo destacable es el ciudadano cuzqueño que, en promedio, lidera a los demás vecinos regionales en el campo de lo afectivo, su condición de fuerte atractivo turístico es evidenciado, tanto como lo alegre-festivo propio de los ciudadanos puneños que, nuevamente, navegan entre dos polos: los más alegres, pero nada simpáticos, ni hospitalarios. En situación más grave se encuentran los ciudadanos moqueguanos que son considerados aburridos, en comparación con sus retozantes y simpáticos vecinos. Lo afectivo, en síntesis, es un potencial que debe considerarse en el diseño de estrategias que pretendan la integración regional y la superación de obstáculos producidos por otros rasgos.

Lo socio histórico:

Tacneños patriotas, cuzqueños históricos y arequipeños regionalistas parece ser la primera impresión que deja el estudio. Sin embargo, se requiere una aclaración: el rasgo regionalismo de signo positivo, pasa en este caso a interpretarse de modo negativo; los ciudadanos sureños le otorgan una fuerte connotación de exaltación de lo propio departamental, vinculándose de mejor manera con la percepción de chovinismo; por lo que no sería un valor ponderable en los arequipeños, más bien obstaculizador.

El caso del regionalismo chovinista merece una atención seria y despercudida de prejuicios, pues privilegiar mediáticamente esta supuesta y disfuncional cualidad contradice cualquier esquema integrador, más bien el compromiso o lucha por y con la población puede ser un interesante sustituto que vaya diluyendo la rebeldía chovinista.

Contrariamente, los ciudadanos moqueguanos son poco débiles en este rasgo que transmite valores culturales y afianza la identidad. Por su parte, los ciudadanos puneños, pese a tener una rica tradición cultural, al parecer no es considerada “histórica” por sus vecinos. Nuevamente el estigma se hace presente: los cuzqueños sí tienen tradición histórica, los puneños no.

6. RASGOS CIUDADANOS PARA LA INTEGRACION REGIONAL

Dice Fernando Savater
[6] que el ciudadano es el miembro consciente y activo de una sociedad democrática, aquel que conoce sus derechos individuales y sus deberes públicos; por lo que no renuncia a su intervención en la gestión pública de la comunidad que le concierne ni delega automáticamente todas sus obligaciones.

Es triste comprobar que las poblaciones del país y del sur en particular, se colocan como reclamantes de derechos, más que cumplidores de deberes; por lo que el llamado a la construcción de ciudadanía es un requisito pendiente que se confunde con el proceso de descentralización y conformación de regiones.

Y si ciudadanía es conjugar la dimensión individual de los derechos y la dimensión colectiva de los deberes, supone por tanto, como afirma Simón Pedro Arnold
[7], una educación democrática interiorizada, y no sólo discursos patrióticos y saludos a la bandera que ocultan mal el desierto ciudadano en el cual nos movemos. El religioso benedictino insiste en el que la cultura de la desconfianza escéptica y autoritaria, el clientelismo corrupto y el pobrísimo sistema educativo nacional no logra que los ciudadanos por lo menos quieran una cultura de valores ético democráticos, verdadera plataforma de la construcción compartida de ciudadanía en el sur del Perú.

Entonces, ¿será posible la integración regional saltándonos la construcción de ciudadanía, o se trata de un desafío doble pero no imposible? Se trata de dar los primeros pasos, más que hundirnos en el escepticismo.

Por lo tanto, las dimensiones propuestas (morales, productivas, afectivas y sociohistóricas) que cada grupo ciudadano asigna a su vecino, pueden servir para apalancar el proceso integrador. Es bueno precisar cuánto de lo atribuido es definido por cada uno de los vecinos regionales, comparado con la autopercepción sobre determinado rasgo.

Al destacar el rasgo de la honradez dentro de los demás rasgos de la dimensión moral, se aprecia que cada grupo ciudadano se asigna a sí mismo similares valores positivos; pero destaca la mayor autocalificación tacneña y la menor autocalificación puneña.

En cuanto a atribuciones positivas, el ciudadano moqueguano recibe la mayor cantidad de calificaciones positivas, provenientes especialmente de los grupos tacneño y puneño; y el grupo cuzqueño es el que califica positivamente a los arequipeños.

Las atribuciones negativas, colocan a los ciudadanos puneños con la mayor descalificación, siendo tacneños y cuzqueños los que enfatizan esta desaprobación. Los ciudadanos arequipeños también son desaprobados, especialmente por los grupos moqueguano y tacneño. Si bien sus vecinos desaprueban al ciudadano tacneño, lo hacen con calificaciones al límite de cero, salvo el énfasis notorio marcado por el grupo puneño.

Dentro de las sospechas saltan peligrosamente tres: las descalificaciones mutuas de tacneños y puneños, arequipeños y moqueguanos, puneños y arequipeños. Terreno delicado que requiere acciones simbólicas de acercamiento, en el que no sólo los comunicadores y los medios juegan un papel importante, la responsabilidad también es de políticos, maestros y la sociedad civil.

El valor de la tolerancia es uno de los más poderosos insumos morales de la integración, ya que permite conocer hasta donde respetamos la diferencia del otro. Los ciudadanos tacneños y en menor medida los moqueguanos logran un destacado reconocimiento que se opone a la supuesta intolerancia puneña y arequipeña.

Incluso, el ejemplo de tolerancia mutua es el de tacneños y moqueguanos, e inversamente el caso delicado de intolerancia recíproca nuevamente pone contrapuestos a puneños y arequipeños.

El juego de oposiciones en el imaginario de la juventud sureña coloca ciudadanos leales o inspiradores de confianza (tacneños) contra desleales y de poco fiar (puneños). O el caso de laboriosos, emprendedores, inteligentes, luchadores pero soberbios (arequipeños) contra poco emprendedores e inteligentes, pasivos y humildes (moqueguanos).

Surgen además ciudadanos liberados de las oposiciones más discutibles: cusqueños y tacneños. Los primeros vinculados a la tradición histórica y la hospitalidad; y los segundos considerados patriotas y dignos de confianza

Las marcadas polaridades en la percepción sureña no son una buena señal, más bien nos exponen una sedimentada tradición de diferencias en las que algunos son ubicados por encima y otros son estigmatizados.

7. ¿CONCLUSIONES, HIPOTESIS O MÁS DESAFÍOS?

Más que conclusiones, luego del trabajo efectuado se abre la posibilidad de un conjunto de hipótesis y desafíos, partiendo de la percepción y autopercepción en la región sur del Perú.

El reto de la regionalización en el sur del Perú, debe asumir algunas consideraciones con respecto a la relación de nosotros y los otros cuando se trata de forjar ciudadanía compartida. Para ello, seguimos la línea del pensamiento de Will Kymlicka
[8] que acierta en tres aspectos. Primero, las controversias de grupos de diversos antecedentes culturales no se “resuelven”, sino se “gestionan”. Por lo tanto, las diferencias de percepción y autopercepción entre los ciudadanos del surperuano, pasa por generar espacios de encuentro y tolerancia. Allí los medios tienen la misión de servir de puente de entendimiento y convergencia en los asuntos comunes y de discreta manifestación de las diferencias.

Segundo, la vida política tiene una ineludible dimensión nacional, desde asuntos de lengua en las escuelas, trazado de fronteras, distribución de poderes hasta las festividades públicas. Las costumbres y tradiciones son un poderoso ropaje que protege y da sentido a la vida colectiva, al nosotros. Su vínculo con la vida política a dado lugar a los nacionalismos más radicales, el sur del Perú no es ajeno a dichas manifestaciones, especialmente en el Cuzco, Puno y Arequipa, de ahí que su “gestión” es uno de los temas más sensibles de la vida política al interior del país. No pocas veces los comunicadores han servido a propósitos “distanciadores” en el sur del Perú. Por eso se impone una relectura de la diferencia. Si bien el nosotros sureño se halla más cerca de la utopía que de la realidad; el proceso regionalizador deberá incluir un importante y creativo componente simbólico-comunicacional que articule a través de la educación y la promoción las costumbres y tradiciones.

Tercero, el derecho de las minorías no debe permitir que un grupo oprima a otros grupos y a la vez un pequeño grupo no debe oprimir a sus propios miembros. La advertencia de Kymlicka permite la metáfora de la muñeca rusa o matrioshka que a medida que la abrimos encontramos una más pequeña al interior. La asimetría del poder en la región sur corre llena de esta metáfora traumatizante (¿quién está encima de quién?) que se inicia en las pequeñas agrupaciones humanas, desde sectores dentro de las comunidades campesinas y avanza hacia distritos, provincias y ciudades densamente pobladas, en las que líderes comunales, gobernadores, jueces, policías, profesionales, comerciantes, industriales, funcionarios del Estado, alcaldes, congresistas, entre otros, van acomodando su poder uno encima del otro. Surgiendo así, en el imaginario, la perversa jerarquía del poder que poco o nada toma en cuenta el ejercicio de una ciudadanía digna, respetuosa y propositiva; y más bien se halla matizada de un conjunto abigarrado de prejuicios raciales y territoriales.


Comunicación para la convergencia

El desafío de los comunicadores se enfrenta con condiciones socioculturales amasadas en la tensión diacrónica entre vecinos departamentales. Arequipeños, cusqueños, moqueguanos, tacneños y puneños, cada uno a su turno, teje imaginariamente relatos de superioridad e inferioridad. Ciertamente relatos de diferencia y que a la larga marcan e incrementan las contradicciones. De ahí se explica la distancia de Moquegua en el esquema integrador, la sospecha hacia los arequipeños y el estigma racista hacia los puneños. Durísimo desafío de difícil resolución.

La comunicación para la integración regional así contextualizada tendrá que acometer con políticas y estrategias regionales que salgan del compartimiento “comunicacional” e ingresan al terreno de lo simbólico y lo productivo, en el que cultura-educación-política-economía son las armas fuertes de la convergencia. Ya que el paso de las particularidades a la integración regional del sur sólo se logrará con liderazgos que posibiliten una nueva manera de ver el Sur y sus potencialidades.

El papel de los comunicadores para la integración regional puede comprenderse con la metáfora del archipiélago, en el que pequeñas, grandes o desiguales islas deben conectarse entre ellas y a su vez con la zona continental; los puentes deben responder a las características de la zona: unos serán extensos, otros cortos, incluso algunos modestos andariveles lleguen a ser eficaces. Lo importante de los puentes será la oportunidad y la seguridad que ofrecen.

Una comunicación que tiende puentes de convergencia es intercultural
[9] y se cristaliza en diálogo intercultural crítico y autocrítico, eliminando los prejuicios y los estigmas para lograr la negociación en posición de igualdad. Pero tal vez el desafío más complicado será relativizar los rasgos singulares de cada departamento sureño, pues de ese modo se logrará aceptar los valores y rasgos alternativos del otro. Sólo así se conseguirá una aproximación a la identidad sureña.

Los comunicadores en el papel de puentes de convergencia oportunos, eficaces, inmediatos y con credibilidad están obligados, siguiendo la línea reflexiva y propositiva de Rosa María Alfaro
[10] a colaborar en el ordenamiento y procesamiento de las críticas, construir prioridades, diseñar agendas de cambio, argumentar y debatir dialogando, querer y saber cómo informarse, conocer la dinámica del Estado para exigir, ser ciudadanos vigilantes y propositivos, negociar los intereses particulares y los intereses comunes a la sociedad y además, según nuestro punto de vista, establecer redes de comunicadores sureños que permitan un flujo dinámico de información, formular proyectos comunes de responsabilidad compartida, propiciar lineamientos de políticas de comunicación regional que vayan más allá de lo mediático y periodístico, ingresar al terreno de la comunicación para el desarrollo macrorregional con propuestas creativas, más allá de las formas grupales o comunales.

Lo que debe quedar claro es que las aguas tempestuosas que desafían a la integración son precisamente prejuicios y nociones falsas y engañosas en el imaginario regional, al final de cuentas son formas crudas o desvestidas de un proceso histórico que ha dejado una suredad desigual y conflictuada; pero no imposible de resolución
















NOTAS

[1]Martín Barbero, Jesús (1996). Comunicación: el descentramiento de la modernidad, en Análisis 19. Pág. 74
[2] De Rivero Oswaldo (2001). El mito del desarrollo. FCE. Lima. Pág. 87
[3] Reguillo Rossana (2000). Un mapa de los silencios, en Diálogos de la Comunicación 59-60
[4] Villoro Luis (1998). Estado plural y pluralidad de culturas. México. Pág. 65
[5] Goffman Irving (1998). Estigma: la identidad deteriorada. Amorrortu, España. Pág. 134
[6] Prada Rodolfo (2000). Periodismo cívico y academia, en Periodismo y Ciudadanía, Konrad Adenauer, Colombia.
[7] Arnold Simón Pedro (2004). Identidad cultural y ciudadanía, en Ritualidad y cambios: el caso aymara. CEP. Lima . Pág. 104
[8] Kymlicka Will (1996). Ciudadanía multicultural: una teoría liberal de los derechos de las minorías.
[9] Rodrigo Alsina, Miguel (1998). Elementos para una comunicación intercultural. UAB, España.
[10] Alfaro, Rosa María (2002). Ciudadanas “de a de veras”. Calandria. Lima.